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Si quieres adelgazar, 10 palabras a desterrar

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Si quieres adelgazar (y mantenerte), prueba a desterrar este listado de palabras, frases y expresiones que asociamos con adelgazar: lechuga, pecado, prohibido, plato de postre, culpa, cambio de hábitos…

Solo con oírlas a algunas personas les cambia la expresión facial; si te digo cara de agobio, sabes de lo que te hablo, ¿no?

Vamos a ver ese vocabulario recurrente y los comentarios que suscitan. Veréis que sí que hay motivos para desterrar esas palabras y de paso ese agobio que inspiran.

Podría empezar por cualquiera de ellas, lo que menos importa es el orden, pero voy a empezar por la lechuga porque el caso que cuento es muy reciente.

También añadiré en cada apartado otros artículos que os resultarán de interés.

1. Lechuga

No hago más que comer lechuga, todos los días, en la comida y en la cena.

A la pregunta de, «¿tanto te gusta?», la respuesta que obtuve fue:

¿Gustar? Vaya. Ahora ya la odio, pero dicen que para adelgazar hay que comer lechuga, ¿no?

Quien dice lechuga, dice brócoli, zumo de limón…

¡Pssss!: Come lechuga solo si te gusta. No hay un alimento que adelgace de por sí ni tampoco que sirva de antídoto.

2. Cambio de hábitos

¡Qué rollo! Es que ya solo oír hablar del cambio de hábitos me da una pereza…

Otra versión:

Cambio de hábitos, cambio de hábitos, cambio de hábitos… ¡Argggg!

¿Tú también necesitas un soplo de aire fresco? Prueba con ordenar tus comidas.

3. Comida saludable y rincón dietético

Esos 2 nombres me predisponen en contra. Comida saludable me suena a tostas con aguacate y salmón, quinoa, jamón (o lo que quiera que sea) de pavo… comidas que me generan rechazo instantáneo. Y el rincón dietético tres cuartos de lo mismo.

¡Ojo! Que se puede comer bien sin necesidad de recurrir a esas comidas que no te van, como el salmón, el aguacate o la lechuga, y sin añadirle el adjetivo saludable o dietético que te producen tal rechazo.

4. Contar calorías y compensar

Si quemo más calorías de las que meto tendré que adelgazar, ¿no? Pues algo falla porque no lo consigo.

En la consulta ya sabéis que no os hablo de calorías; el cuerpo es algo más complejo que las matemáticas básicas y no es lo mismo las calorías que aporta un filete que las de un bollo; el cuerpo entiende de qué tipo de nutriente le llega, si lo puede aprovechar o no.

5. Plato de postre

 Que coma en plato de postre… ¡ni que fuera un niño!

Si una persona tiene un apetito frugal, es probable que agradezca comer en plato de postre; pero, para quien tiene más apetito, ya solo saber que va a comer poco le predispone a comer el doble. El plato del postre, para el postre.

6. Fuerza de voluntad

Es que no tengo fuerza de voluntad…

Te va a resultar mucho más práctico centrarte en lo que yo le llamo el manejo de tentaciones: procura no tenerlas a mano, así no tendrás que depender de esa nofuerza.

7. Solo un poquito

Bah, solo un poquito… ¿esto qué me va a hacer? Esto ni se puede notar.

Recuerda esto: todo lo que entra por la boca, sea grande, sea pequeño, ha entrado.

8. Ayuno y detox

Estoy con lo del ayuno ese; estoy sin comer desde las 8 de la tarde hasta las 11 o las 12 del día siguiente, ¡pero no hay manera!

No comer durante tantas horas en sí no es malo; ahora, que para adelgazar, te aconsejaría que revises el método:

9. Ejercicio físico

Estoy apuntado al gimnasio. A veces voy

Que el ejercicio o más bien la actividad física tiene innumerables beneficios para nuestra salud está más que demostrado. Para adelgazar te va a resultar más efectivo fijarte en lo que comes.

10. Prohibición, pecado y culpa

Tengo que confesar que he pecado con …

lo que quiera que sea que hayas comido o bebido para luego añadir:

¡Tengo una sensación de culpa!

NO has pecado. Has comido. O bebido. Y ya está. Y ojalá lo hayas disfrutado porque la confesión y la sensación de culpa no van a hacer que lo que haya entrado no cuente.

Y para terminar, recuerda que si quieres adelgazar y mantenerte empieza por desterrar todas esas palabras; suelta el lastre. Verás qué diferencia.

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