Adelgazar, perder peso. ¿Cambiamos de enfoque?

¿Avanzamos ya? El enfoque basado en adelgazar haciendo cálculos entre las Calorías que metemos y las Calorías que quemamos, perder peso centrándonos en comer menos y movernos más, y culpándonos por la falta de fuerza de voluntad, es un enfoque no solo anticuado sino además poco efectivo. No tiene en cuenta ni la fisiología (cómo funciona nuestro organismo), ni la psicología humanas.

Es hora ya de ir abriendo nuestra mente a otro enfoque más adecuado: el de centrarnos en qué comemos y en comer en los momentos adecuados para ello. (Abajo podéis leer más artículos sobre este tema).

Cuando viene algún niño a la consulta, tras romper el hielo inicial, le pregunto:

– YO: ¿tú dónde duermes? – el niño/la niña me mira con cara de «vaya pregunta, ¿dónde voy a dormir?»

– NIÑO: en la cama – contesta.

– YO: claro, porque es el sitio adecuado para dormir, ¿verdad? – el niño asiente con la cabeza. Y cuando a continuación le pregunto:

– YO: ¿te irías a dormir ahora? – Ya me mira con cara de «¿dónde me ha traído mi madre?» y ahora niega con la cabeza.

– YO: claro, el sitio adecuado para dormir es la cama y para comer la mesa, y el momento adecuado para dormir es la noche, ¿verdad? Pues para comer, también hay unos momentos adecuados.

Esto que parece obvio, resulta que no lo es tanto en nuestra vida real.

También parece obvio lo de contar las Calorías y lo de comer menos y moverse más para adelgazar. Y seguramente si ya habéis pasado por la consulta o si habéis leído más artículos en este blog, sabréis que es mejor centrarnos en comer bien y en el momento y las condiciones adecuados para ello.

Y, ¿qué me decís de la fuerza de voluntad? Es que yo no tengo fuerza de voluntad, es una de las frases que más escucho en la consulta. Pero, lo de la fuerza de voluntad tampoco es un enfoque adecuado. (tenéis abajo un artículo sobre ello).

La revista Investigación y Ciencia acaba de publicar un nuevo artículo titulado «La compleja fórmula de la pérdida de peso» . En él se ponen en entredicho dogmas universales, como el enfoque en las Calorías y el ejercicio físico. Habla precisamente de que para adelgazar no solo importan las Calorías que consumimos sino que también influyen la composición y el grado de procesamiento de los alimentos, entre otros factores.

También habla de la importancia de la actividad física para mantener en buen estado el corazón, el cerebro, los huesos y otras partes y funciones del organismo, pero no resulta primordial cuando queremos adelgazar, aunque sí contribuye a mantener un peso adecuado.

Además, nuestro cerebro responde a señales externas que nos impulsan a comer determinado tipo de alimentos aun sin hambre.

En la vida real

En la vida real, en nuestro día a día, si nuestro propósito es adelgazar, los aspectos fundamentales en los que centrarnos son:

1. La motivación. Es muy importante que sea yo quien decida adelgazar y no que lo vea como una imposición. Es mejor centrarse en la motivación que en la fuerza de voluntad.

2. Planificar las comidas. Tenemos que comer todos los días de nuestra vida. Es una prioridad y no una molestia.

3. Ordenar las comidas. Llevando un orden con las comidas es más fácil mantener el hambre a raya. Porque sabemos que hambre y ansiedad no son lo mismo, pero si tenemos hambre, le estamos abriendo de par en par la puerta a la ansiedad.

4. Dejar de contar Calorías. Nuestro organismo no procesa de la misma manera los distintos alimentos. No podemos equiparar todas las Calorías porque el organismo las procesa de diferente manera.

4. Respetar el descanso nocturno.

5. Evitar rodearnos de tentaciones, en la medida de lo posible.

Vale, adelgazar va a requerir unos cambios en nuestro día a día. Mejor será optar por el enfoque adecuado, ¿verdad?

Aquí os dejo unos artículos que os pueden resultar de interés: