¿Y si la clave para adelgazar no estuviera en la fuerza de voluntad?
Fuerza de voluntad. Disciplina. Autocontrol.
«Quiero adelgazar pero no tengo fuerza de voluntad». No os imagináis la cantidad de veces que oigo esta frase en la consulta cuando un paciente viene por primera vez.
Eres capaz de comer ese brócoli que odias porque has oído que tiene no sé qué propiedades. ¿Dices que no tienes fuerza de voluntad? Te comes dos yogures y una fruta para poder aprovechar el tiempo de la comida para ir al gimnasio. ¿Y eso te parece que es no tener fuerza de voluntad? Eres capaz de comer un plato minúsculo y luego dices que falla tu autocontrol si ves comida a tu alrededor.
¿Y si la clave fuera hacer lo contrario de lo que imaginas?
¿Comer un plato de lentejas que te encantan en vez de ese brócoli que odias? ¿Andar todos los días esos 20 minutos libres de que dispones, en lugar de rascar tiempo que no dispones para ir a hacer ejercicio con el que no disfrutas? ¿Llenar el plato en lugar de deprimirte por verlo medio vacío?
Es mucho más probable que consigamos nuestros objetivos si en lugar de forzamos a hacer cosas que odiamos hacemos cosas que nos resulten más sencillas.
Bueno, bueno, si hiciera solo las cosas que más me gustan, me levantaría tarde todos los días, en lugar de ir a trabajar me iría de compras comería todos los días algo de chocolate, y me iría a tomar pintxos y vinos con mis amigos.
Obviamente no es eso. Claro que tienes que esforzarte, disciplinarte. Pero es mejor esforzarte en cosas que que te gusten de verdad. Y no forzarte tanto con las que más te disgustan.
Además, si queremos adelgazar, tenemos que tener en cuenta que el organismo tiene un feroz instinto de supervivencia. Que si tenemos hambre y hay comida alrededor, nos va a producir un impulso irrefrenable de comer, que no es cuestión de fuerza de voluntad ni de autocontrol.
Como cuando os digo que estando a dieta para adelgazar es importante que al levantarnos sepamos que vamos a desayunar a gusto y no pensando que qué mal. ¿Tenemos todo el día por delante y vamos a empezarlo a disgusto? O que aunque ya vayamos sintiendo hambre para la hora de comer no encontrarnos el plato medio vacío es un puntazo.
¿Y la disciplina? Esa sí. Es importantísima la disciplina para planificar la compra, y organizar los menús.
Si somos disciplinados en la organización de nuestras comidas, comemos bien y mantenemos el hambre a raya, la fuerza de voluntad y el autocontrol no van a resultar tan indispensables.
Anécdota: Una paciente que ya había adelgazado y se estaba manteniendo muy bien, me dice un día: «me ha dicho una amiga que para adelgazar es buenísimo tomar avena en el desayuno.» ¿A ti te gusta la avena? le pregunté. «Ufff, no.» ¿Creéis que si hubiera desayunado la avena estaría tan contenta?
Ya os digo en la consulta: Si ahora has decidido que quieres hacer dieta para adelgazar, en vez de verlo como una carga, dale la vuelta y piensa que lo haces porque tú quieres, que te vas a encontrar mucho mejor, no solo física sino mentalmente también. Podemos probar a hacer las cosas más agradables y llevaderas. ¿No?
¿Fuerza de voluntad? ¿Disciplina? ¿Autocontrol? Los matices son sutiles. Le llamemos como le llamemos, es importante conocernos y facilitarnos la tarea en vez de dificultarla.
Si quieres adelgazar, sí, sé disciplinado: organiza, planifica y disfruta de lo que comes.
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