Etapas de ropa: de «aquí no entro ni muerta» a «necesito cinturón»
- De: «aquí no entro ni muerta, ¡imposible!», a : «casi casi los ato»
- De: «casi casi los ato», a: «los ato pero no puedo ni respirar»
- De: «los ato pero no puedo ni respirar», a: «embutida cual salchicha»
- De: «embutida cual salchicha», a: «voy muy prieta pero puedo salir a la calle con abrigo (o sea, tapada)»
- De: «puedo salir a la calle con abrigo (o sea, tapada)», a: «ya me puedo quitar el abrigo»
- De: «ya me puedo quitar el abrigo», a: «me meto la camisa por dentro del pantalón»
- De: «me meto la camisa por dentro del pantalón», a: «necesito cinturón»
- De: «necesito cinturón», a: «voy a ver si entro en la siguiente talla (¡por fin!)»
Y así, de talla en talla:
Tengo el armario lleno de vaqueros. Los tengo de todas las tallas.
¿Tú también tienes ropa de varias tallas en el armario?
Pero, ya que hablamos de tallas, vamos primero con una puntualización:
¿Talla, qué talla?
Y es que el «mundo tallas» es un mundo de caos y confusión en el que no hay manera de aclararse:
¿por qué la 40 de una marca es la 42 de otra y la 38 de otra?
¿o entrar en la S de una cadena de ropa y sin embargo no entrar ni en la M de otra?
¿ o tallar por números 1, 2, 3…?
Si es que ya ni sabemos qué talla tenemos; aunque, la verdad, tampoco importa mucho, porque lo que importa es tener una ropa de referencia.
Tu ropa de referencia
De toda esa ropa que tienes en el armario coge alguna de referencia; ese pantalón, camisa, cazadora o lo que sea, que ya no te lo vayas a poner para salir a la calle porque ya no esté de moda o esté un poco estropeado.
Esa ropa en la que por fin has conseguido volver a entrar. Ahora que te encuentras tan bien ha llegado el momento de rescatar ese vaquero ideal que con tanto cariño has guardado. Ese. Utilízalo de medida, es TU medida, tu ropa de referencia.
Olvídate de números y letras de tallas, olvídate de 38, 46, XS, 2 o del sistema de tallaje que sea y déjate guiar por ese vaquero. Que si notas que el pantalón de referencia te aprieta un poco, que has pasado ahora de «necesito cinturón» a «llevo la camisa por fuera» es la señal de que toca prestar atención.
Así que quita de tu armario la ropa que te vaya quedando grande (recuerda que esa no quieres volver a ponértela por muy bonita que sea, esa no la guardes de recuerdo), arréglalos, regálalos o véndelos, pero deshazte de ellos. Y así evitarás también esa sensación de agobio por tener el armario a rebosar de ropa que, o no te cabe o te queda ya demasiado grande.
Tú también podrás decir:
Ahora tengo el armario lleno de pantalones de la misma talla (la mía de referencia) en diferentes colores en vez de tener varias tallas del mismo tipo de pantalón.
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