Superalimentos
Se consideran superalimentos aquellos alimentos, generalmente frutas o verduras, que gracias a algún componente presente en ellos tienen un valor superior a otros y resultan imprescindibles para gozar de una buena salud, evitar enfermedades y a veces incluso ayudan a sanar y a adelgazar. ¡Nada menos! ¿Vienen de Krypton con sus súperpoderes, como Superman?
Acelga, aguacate, albaricoque, alcachofa, apio, arándano, berenjena, berro, berza, borraja, calabacín, calabaza, cardo, cebolla, cebolleta, cereza, champiñón, ciruela, coco, coles de Bruselas, coliflor, dátil, endibia, escarola, espárrago, espinaca, frambuesa, fresa, granada, grelo, guisante, haba, higo, lechuga, limón, maíz, mandarina, manzana, melocotón, melón, nabo, mora, naranja, níspero, pepino, pera, perejil, piña, plátano, pomelo, rábano, remolacha, sandía, tomate, zanahoria, uva…
Sí, una lista muy extensa y también muy incompleta. Probablemente habréis echado de menos la quinoa, bayas de Goji, kale, soja, algas, semillas de chía, los alimentos de los que se dice que son superalimentos. ¿Y no habéis echado de menos los puerros?, ¿y el ajo?, ¿y los pimientos? quizá porque son tan habituales en nuestro entorno que no les damos la importancia que merecen.
Los que habéis viajado a otros países os habréis encontrado con alimentos desconocidos y que forman parte de la gastronomía del país o de la zona y al revés, alimentos habituales en nuestra alimentación y que resultan desconocidos en otros países. El clima, la altitud, el tipo de terreno… determinan los cultivos más propicios en esas condiciones. Que un alimento sea nuevo para nosotros y se ponga de moda, no significa que sea mejor que los conocidos hasta ahora. Después de la moda de las algas y la soja, vino la de las bayas de Goji, la quinoa, las semillas de chía y quién sabe si los siguientes serán los insectos, el escorpión, o los sesos de mono, pero no despreciemos los conocidos hasta ahora, porque no desmerecen para nada nuestras lentejas, nuestras manzanas y nuestras avellanas (por poner un ejemplo).
El Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, EUFIC, dice: «Investigar efectos en los seres humanos es una tarea compleja: las dietas, los genes y los estilos de vida varían entre una persona y otra, y eso dificulta el estudio del efecto de los nutrientes sobre la salud. En otras palabras, para explorar los efectos en seres humanos, se necesita un planteamiento diferente del empleado en los estudios llevados a cabo con animales y cultivos celulares; lo ideal es que dicho planteamiento incluya estudios de intervención (en los que los investigadores manipulen la dieta a fin de determinar el efecto de un alimento o nutriente) y estudios observacionales (en los que los investigadores observen los efectos de las diferencias naturales existentes en las dietas de las personas». (Podéis leer más pinchando en este enlace: http://www.eufic.org/article/es/artid/The-science-behind-superfoods/).
Es decir, en el organismo los nutrientes no actúan como en las condiciones de un laboratorio. ¿Por qué centrarnos solo en unos determinados alimentos? Es el conjunto de nuestra alimentación lo que hace que esta sea saludable o no, no solo que incorporemos el superalimento, o el superingrediente de moda. Es más importante comer la mayor variedad posible de alimentos, sobre todo de vegetales, que ensalzar alimentos o nutrientes aislados. Desterremos el nutricionismo (pinchando aquí podéis leer el artículo «Nutricionismo«).
NOTA IMPORTANTE: Cuando los nutricionistas hablamos de comer lo más variado posible, hacemos referencia a comida real, es decir, vegetales, carne, pescado, huevos, materias primas con las que nosotros preparamos distintas recetas (pinchando aquí podéis leer el artículo ¡A cocinar!). Comer variado no es ahora como una galleta de chocolate, luego una de fibra, hoy bebo un determinado refresco, mañana otro, etc…
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[…] Bueno, igual adelgazar, adelgazar… igual no. Pero si me como un mangostino de estos a lo mejor me puedo comer un pastel y así me engorda menos, ¿no? O a lo mejor si me como un mangostino o su zumo después de haber comido unas rabas en el aperitivo tampoco engordo, ¿no? ¡Ojalá fuera así! ¡Ojalá existiera EL ANTÍDOTO: si me como un pastel, me tomo un mangostino y como si nada; si me como unas rabas, me tomo dos mangostinos y como si nada; si me tomo unas copas de vino, luego me tomo jugo de mangostino y como si nada. Mangostino, mandarina, manzana o pera… Son frutas, no antídotos ni superalimentos (Aquí podéis leer los artículos «El antídoto para no engordar» y «Superalimentos») […]
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[…] Pregunta: ¿Es bueno hincharse a productos supuestamente buenísimos? Respuesta: Hincharse a comer algo no es aconsejable, ni aunque sean manzanas. Mucho menos cuando lo que se come es supuestamente buenísimo. Os recomiendo leer los artículos: “Yo no como comida basura, ¿estás seguro?”, y “Súperalimentos”. […]
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