¡A cocinar!

Vivimos en la sociedad de las prisas. Es lo que nos ha tocado. ¡Qué le vamos a hacer! Toooodo el día corriendo: a llevarles a los niños al colegio, al trabajo, a la compra, a por los niños, a las actividades extraescolares, a los partidos, a la peluquería, al gimnasio, al monte con los amigos…, y  la comida y la cena ¿quién las prepara?
Sí, algunos contáis con la chica de servicio o la madre, ¿y qué pasa con los que no pueden recurrir a ninguna de ellas? Pues que en esta continua carrera en la que vivimos hemos prescindido de hacer la compra a diario (en el mercado, la frutería, la pescadería…) y de cocinar. Hemos entrado de lleno en el hipermercado (sobre todo por los horarios y el parking) y en adquirir comidas precocinadas que nos dan la falsa sensación de ser más rápidas. Además de no ser así, ¿de verdad es igual de saludable una pasta que viene ya hecha con su salsa  y todo que cocinarla en casa? ¿Tendrá el mismo contenido de sal, el mismo tipo y cantidad de grasa? ¿Tendrá azúcares ocultos ? ¿Es lo mismo un arroz con leche envasado que uno casero?

Pero no hace falta ser un gran chef para preparar la «comida de supervivencia» que le llamo yo. No lleva tanto tiempo preparar unas lentejas con un puerro picado, unos trozos de zanahoria, un par de dientes de ajo y unos pimientos, agua, un pelín de sal, un chorrito de aceite de oliva virgen extra (eso sí; producto de calidad) y la olla a presión al fuego. O meter un chicharro abierto en libro con un chorro de aceite al horno.  O no cocinar, sino simplemente mezclar ingredientes: escarola, con granada y cebolleta. No es cuestión de daros recetas, sino de recalcar que se puede cocinar comida simple a diario sin necesidad de estar horas y horas en la cocina. Y desde luego, muuuucho mejor que cualquier precocinado por mucho que en el envase pongan receta original artesana, artesanal, de la abuela, o similares. Además si cocinamos nosotros, contamos con la ventaja añadida de que sabemos perfectamente los ingredientes que utilizamos y seguramente nos habremos encargado de que sean buenos.

Ya, me diréis, pero ¡qué difícil! ¡No tengo tiempo! Bueno, hay que proponérselo, claro. Mi día, como el vuestro, también tiene 24 horas. Dormir, comer en condiciones y trabajar son los que se tienen que hacer sí o sí. Habrá quien además tenga que ocuparse de los hijos, o de los padres o quien disponga de  tiempo para practicar deporte con regularidad. Podremos prescindir de hacer un crucigrama, de jugar con la tablet o de ver la tele, pero no deberíamos relegar una buena o correcta alimentación a un segundo plano. ¿No os parece? Complicado puede ser, pero no imposible; sólo hace falta proponérselo, establecer unas prioridades y cómo no, aprender a disfrutar en el proceso.

Además, en la consulta muchos de vosotros me trasladáis la preocupación de que vuestros hijos aprendan a comer saludablemente y para ello no hay como: cocinar o preparar la comida en casa, servir raciones adecuadas, y en compañía de comensales (no de la tele).

Para los que tenéis niños pequeños y siempre estáis pensando en hacer planes para distraerles, ¿habéis probado a ponerles un delantal, enseñarles a batir un huevo por ejemplo y dejar que se hagan una tortilla? Luego se la comen como si fuera el mejor manjar del mundo, y lo mismo pasa si aprenden  a hacer unas albóndigas bien redonditas… No hay como involucrar a los niños en algo. Y un niño que ha aprendido a desenvolverse en la cocina tendrá más probabilidades de alimentarse mejor cuando ya no viva en casa. Un plan más con el que disfrutarán y sentaremos las bases para su correcta alimentación y salud futura. Podemos empezar con recetas conocidas y a lo mejor poco a poco nos atrevemos a probar con cocinas de otras culturas: vietnamita, japonesa, nórdica…

Cocina fácil de hacer (o más elaborada), sana y deliciosa. Luego nos sentamos a la mesa con un buen espíritu, ¡y a chuparnos los dedos! Al final, incorporar a nuestra rutina una buena planificación de menús para hacer la compra y la comida no cuesta tanto.

helduen20danborrada20

imagen:donostiakultura

10 comentarios
  1. Leire
    Leire Dice:

    Tienes toda la razón, Silvia. Lo malo es que la falta de tiempo suele ser bestial al cabo del día y, aunque es más importante la salud, por supuesto, la verdad es que el momento de ver la tele, hacer el crucigrama o jugar con la play se echan de menos mucho si un día tras otro tienes que pasarte sin ellos… Cada vez es más difícil compaginar todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día.

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  1. […] Y el punto 11, es mi competencia profesional. Es a lo que me dedico, ya lo sabéis. ¡A cocinar! […]

  2. […] carne, pescado, huevos, materias primas con las que nosotros preparamos distintas recetas (pinchando aquí podéis leer el artículo ¡A cocinar!). Comer variado no es ahora como una galleta de chocolate, luego una de fibra, hoy bebo un […]

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