Presta atención a estos 3 pensamientos tras los buenos resultados del verano
Hola mis lectores,
Hoy empiezo este artículo felicitándoos a todos los que habéis conseguido mantener el peso e incluso bajar algo durante las vacaciones, aplicando las recomendaciones que trabajamos en la consulta. ¡Bravo!
He seguido tus indicaciones y la verdad que han sido unas vacaciones magníficas, que las he superdisfrutado y además me siento fenomenal. He aprendido a priorizar y sin sensación de privación. ¡Y el resultado merece la pena! No coger los 3 kilos de todos los veranos, llegar a casa y que la ropa no me apriete, no tiene precio.
Este comentario viene de una paciente a la que mantener el peso en verano le parecía imposible. Está muy contenta, claro.
Ahora este otro comentario de una persona que ha bajado de peso:
Pues no me ha costado, la verdad. Me he permitido alguna licencia de vez en cuando pero, en general, he comido bien, he seguido lo que estoy haciendo en la vida normal y tan contenta. Estoy encantada.
Ya veis, mantener o bajar de peso en vacaciones es posible.
De vuelta a la vida normal
Y ahora, ya en vida normal, haya sido el resultado el que haya sido, entramos de nuevo en nuestras rutinas habituales. Vamos a centrarnos en seguir rumbo al objetivo. Si quieres seguir bajando de peso, déjame recordarte que, tras esa alegría:
atención máxima,
porque después de un buen resultado en las vacaciones, la semana siguiente puede ser un poco «catastrófica». Y ahí entran en juego estos 3 pensamientos que es probable que se den en tu cabeza.
Los 3 pensamientos a prestar atención en tu cabeza
Para que esa euforia que sientes ahora no te lleve al desaliento la semana siguiente presta atención a estos 3 pensamientos que te van a pasar por la cabeza:
- “Este resultado es un triunfo y merezco una celebración”. Vale, pues fenomenal, jaléate todo lo que quieras en tu cabeza y ahora que estamos en vida normal, a seguir igual de bien. Ya sabes, ni celebramos ni nos hundimos. A seguir.
- También es probable que empieces con los cálculos mentales. En plan, si me tomé los mojitos viendo una increíble puesta de sol o los pescaítos fritos en el chiringuito de la playa o el maravilloso chocolate con churros para desayunar… y no he subido de peso (o he bajado), será que este pedacito de chorizo, este trocito de pan o este vinito no me afectarán tanto. ¡Ojo a esos cálculos!
- Y por último, atención a tus expectativas a largo plazo: “Si en los 2 meses de verano he conseguido este resultado, si voy a este ritmo, para cuando llegue mi cumpleaños en noviembre o para las navidades habré conseguido llegar a…» Vamos a volver a centrarnos en expectativas realistas.
Y déjame recordarte que el número que marca la báscula es un indicador pero no es el único que cuenta. Esa ligereza al andar, ese pantalón que entra fácil, esa sensación de bienestar también merecen la pena.
Y, si en tu caso, el resultado no ha sido tan bueno, te dejo este artículo: Si yo no he comido para tanto…
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Los libros que te ayudarán:
El peso, ¡por fin, mi amigo! Las claves para adelgazar y mantenerte
La magia de comer bien. Mi tiempo es oro y mi salud, mi tesoro
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