Más sobre el azúcar: ¿Blanco, moreno…?

No sé porqué pero la verdad es que parece que consideramos que el azúcar moreno es mucho mejor que el azúcar blanco.

Y al hablar de reducir la ingesta de azúcar, parece que el azúcar moreno no entra en esta categoría.

Además, cuando os pregunto si tenéis costumbre de añadir azúcar al café, té, yogur…muchas veces la respuesta que obtengo es: ¿Azúcar? No, No. Yo sólo le echo azúcar moreno, o a veces miel. ¿Tanta es la diferencia?

A ver si os aclaro las dudas:

«El azúcar (sacarosa) se obtiene tanto de la caña de azúcar como de la remolacha azucarera. Tras una serie de procesos se obtienen cristales de sacarosa y una solución de azúcar residual no cristalizable que se llama miel madre o melaza.

El azúcar blanco (refinado) no contiene melaza.

El azúcar moreno es aquel azúcar blanco al que se le ha añadido algo de melaza y de ahí su color pardo.

«Azúcar natural» es el nombre coloquial con el que se conoce un tipo de azúcar moreno que se elabora según un determinado método que consiste en cristalizar el azúcar y no lavar completamente los cristales durante la operación de centrifugación para no retirar completamente la miel madre.

Tanto el azúcar refinado (blanco) como el azúcar natural (moreno) están compuestos básicamente por sacarosa, un disacárido formado por glucosa fructosa. La proporción de este compuesto en el azúcar blanco es casi del 100%, mientras que en el «azúcar natural» es de al menos un 85%. El resto hasta completar el 100% está formado principalmente por agua y por algunos minerales, aunque el aporte de estos o de otros nutrientes a la dieta es insignificante, teniendo en cuenta la proporción en la que se encuentran y la cantidad máxima de azúcar que debe consumirse, según las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

O sea, que el azúcar blanco tiene un mayor poder endulzante que el azúcar moreno, debido a que su contenido en sacarosa es mayor, así que si vamos a echar un terrón al café, el moreno endulzará un poco menos. En definitiva, el «azúcar natural» tiene muy pocos nutrientes y, los que tiene, se encuentran en proporciones muy reducidas (si no consideramos la glucosa y la fructosa). Así pues, si lo que quieres son nutrientes, no los busques en el azúcar

Pinchando aquí podéis leer un gran artículo sobre el azúcar escrito por Miguel A. Lurueña, Doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos. (Fuente de la información aportada).

¿Os acordaís de la explicación al video del raspamanzanas de mi primer artículo del blog «Un ejemplo»? Era suya.

¿Y la miel?

Miel

 El caso es que abusar del consumo de miel aumenta nuestro riesgo de caries y de obesidad, porque la miel contiene esencialmente azúcar.

Desde el punto de vista nutricional, no se debe olvidar que la miel es un alimento con un alto valor calórico (tanto como el azúcar), que puede producir caries y que está desaconsejada en menores de un año por el riesgo de que contraigan botulismo. Esto último se amplía en el artículo ‘Diez alimentos que no conviene darle a un bebé menor de un año‘.

Otro día dedicaré un artículo a hablar de los sustitutos del azúcar (que no es que sean mejores precisamente). Lo mejor, ir disminuyendo los azúcares añadidos.

Actualizado con el artículo sobre Los sustitutos del azúcar.

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