Análisis nutrigenéticos. Test de ADN para adelgazar

Yo quiero saber qué es lo que me engorda. Si es el tomate el que me engorda, si es el arroz, si es la leche… ¿qué es lo que me engorda a mí? ¿O qué es lo que me impide adelgazar?

Esto de la nutrición personalizada, la dieta adaptada a mi perfil genético me interesa. Puede que sea la solución para reducir esos kilos que me sobran, ¿no? ¿Me ayudarán a adelgazar los análisis nutrigenéticos?

Análisis nutrigenéticos, ¿qué son?

Los análisis nutrigenéticos analizan una serie de genes y la relación de determinadas patologías con la alimentación. Se coge una muestra de sangre o de saliva y se envía al laboratorio para su análisis. Se secuencia (lee) el ADN y se analiza la presencia de unos cuantos genes que se sabe que están involucrados en la regulación del peso y en patologías como diabetes, hipertensión, hipertrigliceridemia… Genes que regulan el apetito, genes que regulan la respuesta al ejercicio…

El análisis genético nos dice cómo venimos de serie. Como si en un sorteo a mí me toca un coche y a mi amiga otro diferente. Resulta que el mío gasta más gasolina que el de mi amiga, que no tiene aire acondicionado y que la dirección no es asistida. Eso sí, el color rojo de mi coche me gusta más que el verde del coche de mi amiga. En la «lotería» genética, a mí me ha tocado engordar más fácil que mi amiga, tener más apetito, y que comer me consuele las penas. Eso sí, soy más guapa que mi amiga.

MI COCHE YO

(por sorteo) (lotería genética)

Conduciré despacio para gastar menos gasolina. Cuidaré mi alimentación para no engordar.
Me achicharraré los días de calor. Comeré mucho.
Tendré que darle muchas vueltas al volante. Ante un disgusto reaccionaré comiendo.
El color rojo me encanta. Soy más guapa que mi amiga.

Ya véis, hay cosas que no se pueden cambiar, y hay otras que según nuestro comportamiento se pueden modificar.Y tras un análisis nutrigenético lo que podemos hacer si nos dice que tenemos tendencia a osteoporosis, es consumir no solo alimentos que aporten calcio sino también hacer ejercicio físico para ayudar a fijar ese calcio al hueso, así como asegurarnos de recibir unos rayitos de sol para favorecer la síntesis de vitamina D. Y si nos dice que tenemos un gasto calórico bajo, tendremos que procurar adaptar nuestra alimentación si no queremos engordar. Pero, lo que no nos dice el análisis nutrigenético es que el tomate me engorda y el chocolate no. Así que con esta información podemos recomendar unos cambios en la alimentación para influir a mejor en nuestra predisposición genética.

Si en el sorteo nos toca a mi amiga y a mí dos coches iguales, ¿cómo estarán al cabo de 10 años?

MI AMIGA YO

Lo limpia todas las semanas. Lo limpio una vez al año.
Le echa la mejor gasolina. Le echo el combustible más barato.
Lo lleva a revisión una vez al año. Lo llevo al taller cuando se enciende algún piloto.
Conduce suave. Lo revoluciono mucho y freno bruscamente.

Siendo los dos coches iguales al principio, ¿creéis que estarán los dos en las mismas condiciones al cabo de 10 años?

Hay patologías como la fenilcetonuria y la enfermedad celíaca que sí se pueden diagnosticar mediante un análisis genético. La limitación de proteínas en la primera y la evitación del gluten en la segunda son fundamentales para evitar las complicaciones. Pero en la regulación del peso corporal, en la predisposición a la diabetes o a la hipertrigliceridemia no solamente están involucrados muchos genes sino que también la epigenética (activación y desactivación de genes) y el microbioma juegan su papel. No es tan sencillo. Son muchísimos los genes involucrados y solamente se puede hablar de una predisposición. Lo que sí podemos hacer conociendo nuestra predisposición es modularla según nuestro estilo de vida.

Desde que Gregor Mendel (el padre de la genética), en el siglo XIX, hizo sus experimentos con los guisantes, la genética ha avanzado muchísimo. Y ya desde que en los primeros años del siglo XXI se secuenció (leyó) el genoma humano, hemos ido avanzando a pasos de gigante. pero, como el organismo humano es tan complejo, a la par que la genética avanza, se van abriendo otros conocimientos sobre epigenética, microbioma, y la relación que existe entre todos ellos.

Análisis nutrigenéticos, ¿para qué sirven?

Todo esto es prometedor pero a día de hoy no podemos afinar tanto como para saber si es el tomate el que me engorda y no el chocolate. Sería fantástico, ¿verdad? Pero, no, el análisis nutrigenético no me va a dar la respuesta que yo quiero. No me va a decir, es el pan lo que te engorda, así que con evitar el pan adelgazarás, aunque el resto sigas como hasta ahora.

Entonces, ¿para qué sirven los análisis de nutrigenética? Sirven para añadir un extra de motivación a aquellas personas interesadas en hacer las modificaciones de alimentación y de hábitos de vida necesarias para llevar una vida saludable.

En el futuro, a lo mejor podremos tener una dieta a la carta. Ahora bien, esta nutrición personalizada, esta «dieta a la carta», que nos permita saber la dieta más adecuada para cada uno, será según nuestros genes, no según nuestros gustos. ¿Y si me gustan más el coche y la dieta de mi amiga?

En el presente, hoy, sabemos que modular una predisposición genética desfavorable es posible gracias a unos hábitos de vida saludables: alimentación, ejercicio, sueño…

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