Para algunas personas es muy fácil decir que no estando a dieta: NO. Así, con convicción. Ese no, se interpreta como lo que significa: NO
Pero para otras, su forma de decir «no» se interpreta como un sí.
¿Te ha pasado? ¿Alguna vez has sentido que tu «no» en realidad ha sido un «sí»? ¿Y recuerdas cómo te has sentido luego? Puede ser que un poco (o bastante) mal, ¿no? Ya verás qué importante es que practiques el arte de decir no.
El arte de decir no
Tienes claro lo que tienes que hacer para adelgazar; estás haciendo las cosas según el plan que te has propuesto; pero, claro, a veces surgen imprevistos y tentaciones de todo tipo en las que tienes que decir no.
Y dices no, pero…
Cuando «no» se convierte en «sí»
Tu «no» se convierte en «sí» cuando lo que dices y lo que transmites no concuerdan. Es decir:
Lo que dices:
No, no puedo… ; no, no debo… ; mejor será que no…
Lo que transmites:
Jo, ya me gustaría, si es que las croquetas me encantan, esas pastas son las mejores… pero como estoy a dieta no puedo.
Con esos no, no puedo, no debo, mejor que no… tu tono de voz, tu manera de decirlo inducen a la persona que te ofrece algo a seguir insistiendo; ve que te gustaría y no entiende que aunque te guste algo no lo comas.
Lo que la otra persona interpreta es: pobrecito, si parece que lo que le estoy ofreciendo le encanta… pues que no sufra (por lo menos, delante mío). Así es como se ha transformado tu no en un sí
Decir no con la boca pequeña se interpreta como sí.
Cuando un no es un no
Tu no, es un no, cuando lo que dices y lo que trasmites, están en la misma sintonía.
Lo que dices:
No, gracias; ay, qué rico, luego cojo; buf, ahora mismo no me entra.
Lo que transmites:
de verdad que ahora no te apetece.
Cuando tú estás convencido de tu no, cuando tú mismo te lo crees, el no se interpreta como no.
A practicar
¿Has visto la diferencia?
Si alguna vez has dicho un no que se ha convertido en un sí, lo que necesitas es practicar el arte de decir no. Oportunidades no te faltan: en casa de tu tía, en la oficina, con tus amigos…
Decir «no» es fácil si sabes cómo. Con convencimiento, con decisión.
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