Me he dejado (y II)
Paz. Sensación de paz.
Es lo que transmite la persona del artículo de la semana pasada, Me he dejado (I). Después de que «su mundo» recibiera una gran sacudida, ha podido recomponerse. El proceso ha pasado por relajar su control con la comida y así poder dedicar mayor atención a otros aspectos que en este momento de su vida así lo requerían.
A pesar de que las historias que nos han ido contando distintas personas (más abajo tenéis los enlaces a los artículos) son bien diferentes, el denominador común de todas ellas es que han llegado a un punto en el que son capaces de verbalizar, de abrirse y contarle su problema a otra persona.
Y ya solo con eso sienten una gran liberación, sienten paz. Tras ese difícil paso, el siguiente es el de permitir compartir su historia por si puede servir de ayuda a alguien. Porque a veces se sienten bichos raros, fuera de lugar. Y aunque no hay dos historias iguales, sí pueden compartir puntos en común. Cuando una persona permite que se cuente su historia, lo que subyace es la intención de servir de ayuda a otras personas.
Y sí, sirven de ayuda a otras personas que viven situaciones similares. Les sirven para no sentirse tan raros, para no sentirse solos. Aunque sea por desconocidos, se sienten acompañados y eso tranquiliza y reconforta mucho. Alivia.
En mi nombre y en el de quien se siente aliviado, gracias por vuestra generosidad.
Aquí podéis leer otros artículos de historias personales relacionados con la comida y el peso (pinchando sobre ellos):
Sé todo lo que tengo que hacer para perder peso y… no puedo
Sé todo lo que tengo que hacer para perder peso y… no puedo (2ª parte)
Un refugio llamado kilos de más (I)
Un refugio llamado kilos de más (y II)
Y aquí os dejo otros artículos. Estos, oídos de refilón:
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