Matemáticas para adelgazar

Vaya título, ¿eh? ¿Qué tendrán que ver las matemáticas con adelgazar? Veamos:

Caso 1: Si en Enero del año pasado yo pesaba 65 kg y ahora peso 5 Kg más, ¿Cuánto peso ahora?  65+5=70 Respuesta: 70 kg (la suma es correcta)

Caso 2: Si en Enero del año pasado yo pesaba 70 kg y ahora peso 65, ¿cuántos kg he adelgazado? 70-65=5 Respuesta: 5 kg (la resta es correcta también)

Caso 3:La propiedad conmutativa, es decir, el orden de factores no altera el producto (o el orden de los sumandos no altera la suma): Que coma el postre de primero, el segundo plato de postre y el primero de segundo: Lentejas+merluza+mandarina=mandarina+merluza+lentejas

Caso 4: Vamos a ver si reconocéis esta situación (o similar):                                  Estoy a dieta para adelgazar y estoy haciendo todo correctamente e incluso me voy notando menos volumen y físicamente mejor, más ágil, más ligera, menos abotargado (masculino o femenino según el lector), con menos acidez de estómago, (o igual no noto nada de esto porque tampoco me encontraba mal antes). Bueno, parece que ya le voy cogiendo el tranquillo a esto de la dieta, que tampoco es tan difícil ni me cuesta tanto; estoy comiendo bien, variado, no paso hambre… Así que hoy, luego, a la hora del aperitivo me voy a tomar un «pintxo» con un vino. ¡Ahí va! ¡Al final me he tomado 2 pintxos, unas rabas y unas patatas bravas!¡ Y otros 2 vinos! Al llegar a casa he pensado que para compensar sólo me voy a tomar una ensalada de tomate y listo. Y mientras los demás estaban comiendo la merluza al horno que tenía una pinta estupenda, yo he ido comiendo del trozo de pan que mi marido/mi mujer casi ni ha tocado. Luego, eso sí, sólo me he tomado 2 ó 3 cucharaditas del helado que acompañaba la macedonia que me he hecho de postre. Bueno como no he comido la merluza, será como compensar las rabas y para el resto, los vinos y el helado, pues luego no ceno y ya. ¡Qué larga se me está haciendo la tarde! Tengo un poco de hambre, y como luego no voy a cenar para compensar las «salidas de la mañana», me voy a tomar 2 galletitas saladas de estas que pone sin azúcar y esta cerveza 0´0. ¡Qué hambre! Con lo bien que iba…

Os acabo de relatar una historia verídica. Y como ésta, cambiando unas cuantas cosillas pero en esencia la misma, os podría escribir unas cuantas. Esos cálculos mentales que hacemos: Si ahora me como esto (que no me corresponde) luego me salto lo siguiente y así compenso. Como he andado 1 hora y se supone que esto quema tantas calorías, ahora me podré tomar esta cerveza, etc, etc, etc.

Y total, que con tanto cálculo, encima no he adelgazado.

¿Quién no ha hecho alguna vez estos cálculos? Pero, en nuestro organismo no todo es tan simple (2+2 no tienen por qué ser 4). Todos los cálculos que mentalmente hemos podido hacer, se han quedado en nuestra cabeza, porque las calorías no son todas iguales; no son equivalentes las calorías que puede aportar un filete, o una fruta que las calorías que puede aportar una galleta o un refresco. Depende del alimento que provea las calorías, si tiene fibra o no, si tiene vitaminas y minerales o no, si proviene de hidrato de carbono, de proteína o de grasa, unos alimentos sacian más que otros, unas comidas tienen un poder adictivo (si pinchas aquí puedes leer Comida basura, ¿adictiva?). Lo mismo que no podemos sumar 3 manzanas y 5 peras porque aunque sean frutas, pertenecen a distintas categorías, tampoco podemos sumar las calorías de distintos alimentos.

Así que para no liarnos, mejor nos olvidamos de las matemáticas para adelgazar.