La buena vida

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Me ha encantado. Vamos persiguiendo la riqueza, en algunos casos la fama, el éxito social… Y lo verdaderamente importante son las relaciones personales, el grado de confianza, el grado de bienestar, el sentirse apoyado, en definitiva, no sentirnos solos. ¿Qué nos mantiene sanos y felices conforme avanzamos en la vida?

En este vídeo que os incluyo, aparece el Dr Waldinger, psiquiatra y Profesor en la Facultad de Medicina de Harvard, hablando de un estudio sobre la felicidad en adultos que comenzó hace más de 75 años. En 1938, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard se propuso iniciar un estudio que a día de hoy sigue abierto. Es el estudio más largo de la historia. Como curiosidad os diré que uno de los Presidentes de los Estados Unidos, John F. Kennedy, fue uno de los participantes hasta su fallecimiento.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=8KkKuTCFvzI&w=640&h=360]

 

El Dr. Waldinger es la cuarta persona a cargo de este estudio. Durante más de 75 años, se ha rastreado la vida de 724 hombres, de 2 grupos totalmente distintos. El primer grupo empezó el estudio cuando eran estudiantes de segundo año en la universidad de Harvard. Todos terminaron la Universidad durante la Segunda Guerra Mundial y luego la mayoría se fue a la guerra. El segundo grupo era un grupo totalmente opuesto al primero. Chicos de los barrios más pobres de Boston, elegidos para participar en este estudio, específicamente porque provenían de las familias con más problemas y más desfavorecidas en el Boston de los años 30. La mayoría vivía hacinada, sin agua corriente.

A todos los participantes se les ha ido preguntando sobre su trabajo, su vida hogareña, su salud, se les extrae sangre, se escanean sus cerebros, se habla con sus hijos, se graban en vídeo las conversaciones con sus esposas, sobre sus preocupaciones. Cada 2 años, el personal de investigación llama a estos hombres y les pregunta si pueden enviarles otra serie de preguntas sobre sus vidas. Algunos han sido operarios de fábrica, abogados, albañiles, médicos, uno fue presidente de los Estados Unidos. Algunos fueron alcohólicos. Unos pocos sufrieron esquizofrenia. Algunos ascendieron socialmente, desde la base hasta la cumbre, y otros fueron en sentido contrario.

Una anécdota graciosa es que muchos de los hombres de Boston  preguntan: ¿por qué quieren seguir estudiándome? Mi vida no es tan interesante. ¡Los hombres de Harvard nunca hacen esa pregunta!

Este estudio nos ha enseñado 3 cosas sobre las relaciones:

La primera es que las relaciones sociales nos hacen bien, y que la soledad mata. Resulta que las personas con más vínculos sociales, con la familia, los amigos… son más felices, más sanos y viven más que las personas que tienen menos vínculos. Experimentar soledad resulta ser tóxico. Y sabemos que podemos estar solos en la multitud e incluso en un matrimonio.

La segunda lección es que no tiene que ver con la cantidad de amigos que tenemos, sino que lo que importa es la calidad de las relaciones más cercanas. Resulta que vivir en medio del conflicto es muy malo para la salud. Los matrimonios muy conflictivos, por ejemplo, sin mucho afecto, resultan ser muy malos para la salud, quizá peores que el divorcio. Y vivir en medio de relaciones buenas y cálidas da protección. Las personas más satisfechas en sus relaciones a los 50 años fueron las más saludables a los 80. Las relaciones cercanas parecen amortiguar algunos achaques del envejecemiento.

Y la tercera gran lección es que las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo, también protegen el cerebro. Los recuerdos de las personas que sienten que pueden contar con otra persona permanecen más nítidos más tiempo. Y las personas que sienten que no pueden contar con  otra persona, son personas que pierden antes la memoria. Ahora bien, las buenas relaciones pueden no ser armoniosas todo el tiempo. Algunas parejas de octogenarios podían pelearse a veces pero en tanto sintieran que podían contar con el otro cuando las cosas no van bien, esas peleas no quedaban en sus recuerdos.

Muchos de estos hombres cuando eran adultos jóvenes creían que la fama, la riqueza y lograr grandes cosas era lo que necesitaban para tener una vida buena, lo mismo que creen los de la generación del Milenio. Pero con el tiempo, en estos 75 años, este estudio ha demostrado que les fue mejor a las personas que se inclinaron por  cultivar las relaciones, con la familia, los amigos, la comunidad.

El mensaje más claro de estos 75 años de estudio es este: Las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables. Punto.

(Casi todos los proyectos de este tipo se desmoronan pasada una década porque muchas personas abandonan el estudio, o por falta de financiación, o por distracción de los investigadores, o porque mueren y nadie continúa la investigación de campo. Pero gracias a una combinación de suerte y persistencia de varias generaciones de investigadores, este estudio sobrevivió. Unos 60 de los 724 hombres del principio, siguen con vida, todavía participan en el estudio, la mayoría tiene 90 y tantos años. ¡Y hace 10 años decidieron incluir también a las mujeres!)

 

 

4 comentarios
  1. I. G. A
    I. G. A Dice:

    La apertura al otro. Salir de uno mismo. Salgo de mi y te acojo a ti porque tú, los otros, lo de fuera me importáis. Movimiento. Empatía. Dejo a un lado lo mío. No porque no tenga importancia, que la tiene y mucha; sino porque mis angustias, mis secretos, mis vértigos ya los he compartido y estoy preparada; en guardia para lo de fuera. Ya está. La buena vida.

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  1. […] la cabeza” podría servir de resumen de estos dos artículos: Alimentando el cerebro y La buena vida (podéis leerlos pinchando sobre […]

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