Un refugio llamado kilos de más (y II)

Los kilos de más como refugio, como escudo, algo tras lo que «esconderse», pasar desapercibido.

Acostumbrada a vivir en la retaguardia, a pasar desapercibida y ser observadora, pensando que su problema son los kilos de más, cuando en realidad sus kilos de más han sido el refugio ante sus miedos: miedo a no saber desenvolverse siendo foco de atención, a recibir atenciones a las que no está acostumbrada y miedo también ante la reacción de quien se siente desplazado por ella a un segundo plano. (Pinchando aquí podéis leer «Un refugio llamado kilos de más (I)»)

Ahora que ha detectado el problema, sabe que cuando domine sus miedos no le será difícil bajar de peso porque  como ella escribe: Tengo que decir que fue fácil. El plan era atractivo porque no pasé hambre y estaba muy motivada.

Esta persona y esta otra (pinchar aquí, para leer el artículo «Sé todo lo que tengo que hacer para perder peso y no puedo») nos han contado asuntos muy personales, muy privados. Ambas han traspasado esa etapa de sufrimiento, de sentirse bichos raros y han sido capaces de verbalizar, de «abrirse» y contar sus vivencias, porque a ellas les hubiera evitado mucha angustia saber que no eran las únicas que estaban pasando por esas situaciones. Y son muy generosas al contarlas por si puede servir de ayuda para alguien que pase por algo similar.

Claro que no a todo el mundo que quiere adelgazar y está a dieta le pasa lo mismo. No todo el mundo tiene la misma manera de comer, la misma relación con la comida, ni los mismos hábitos, ni las mismas costumbres u horarios, las emociones… por eso el enfoque no puede ser para todos el mismo. Los kilos de más y la manera de comer tienen matices distintos según las personas. ¡Un mundo!