Entrevista para el Diario Vasco
El pasado 16 de Febrero, el conocido periodista Mañu De La Puente me citó para entrevistarme.Tuvimos una larga y entretenida conversación en la que me hizo sentir muy cómoda. He aquí el resultado de este encuentro publicado el viernes 4 de Marzo en el Diario Vasco edición Bidasoa. ¡Gracias Mañu!
Página Silvia Zuluaga 4 marzo2016 (1)
«La industria y los medios confunden las buenas prácticas nutricionistas»
Silvia Zuluaga – Médico Nutricionista que atiende su consulta en Irún. Por Mañu De La Puente.
Es una profesional en materia de nutrición muy volcada con su tarea y la procura ejercer con la mejor y mayor de las disposiciones. Es una eibarresa, que vivió en Pamplona y que ahora reside en Donostia, pero que también atiende su consulta en Irún. Concretamente, en el Centro Médico Bidasoa, que se ubica en el número cuatro de la calle Lezo, en el barrio San Miguel. Silvia Zuluaga Goikoetxea tiene unos lucidos 51 años, está casada con Javier Rubio y es la amatxo de Miren (19 años) y de Javi (16). Sus primeros estudios los cerró entre Eibar y Pamplona. Precisamente en esta ciudad acaba de reunirse con sus compañeras de colegio de las Ursulinas y se emociona cuando recuerda la escena. Luego estudió Medicina en la Universidad de Navarra y Nutrición en la no menos prestigiosa Universidad de Burdeos. Está en posesión de una Diplomatura en Obesidad y Trastornos del Comportamiento Alimentario por la UNED. No descuida su formación (continua) y ha participado en no pocos congresos y seminarios. Se inició en la profesión realizando sustituciones de medicina general, hasta que se abrió paso en el mundo de la nutrición, en el que destaca como la gran experta que es. Además de la irundarra, también pasa consulta en Donostia y Eibar. Y lleva un año con su blog (https:/doctorazuluaga.com) donde explica sus teorías profesionales. Cuando no trabaja le encanta leer, lo mismo que estar con su familia y con los amigos, según los tiempos que se marca y que siempre encuentra. Tiene una bonita voz que para sí quisieran muchas locutoras y presentadoras.
-¿Quién te puso Silvia? –Mis padres, soy la primera de la saga y creo que la tercera de Eibar. Ese nombre no sonaba mucho allí.
–¿Y el Zuluaga con esa segunda ‘u’? –Es la versión vizcaína del Zuloaga guipuzcoano.
–Seguro que siempre has sido una buena estudiante. –De pequeña y ahora también, que la formación no cesa. Luego llegó la Universidad y la bonita carrera que estudié. Medicina me gustaba desde niña, aunque…
–¿Sí? –Pues que a mitad de carrera y por una serie de circunstancias, comprobé que la Nutrición era mi camino. Total que al concluir Medicina decidí no iniciarme en ninguna especialización clínica y aposté por la Nutrición. Tenía muy clara esa orientación y si hoy tuviera que elegir, adoptaría la misma decisión.
–Y te vas a Burdeos, ¿no es cierto? –Sí, porque aquí la Nutrición no tenía la consideración de una carrera al uso y sí en Burdeos donde se ofrecía como un postgrado con mucho reconocimiento. Con el tiempo sí ha obtenido la categoría de grado en nuestras universidades.
–Fue una especie de sueño cumplido, ¿no? –Pues sí, porque de pequeña tuve que aprender a cuidar de mi alimentación. Mi amatxo hacía lo propio. No sé, quizás fue una vocación escondida a la que le costó aflorar.
–La Nutrición se me antoja como mundo muy complejo. ¿Acierto? –Sí que lo es. Además se presenta como un mundo que lucha contra la aversión excesivamente simplista que le rodea. Ese mensaje que, para adelgazar, apunta al ‘come menos y haz más ejercicio’, no es cierto. Yo por eso lucho por muchos conceptos en contra de muchas ‘leyendas’ heredadas con el tiempo y que en nada favorecen las metas perseguida. Me explico, las buenas prácticas nutricionistas están siendo confundidas con la publicidad que lanzan los medios, con el intrusismo que existe en la profesión y con los afanes crematísticos de la industria alimentaria. La gente que trata de cuidarse, sale a la calle y acaba acechada por esos mensajes contradictorios.
–Generalizando, ¿las personas se toman en serio la buena nutrición? –Una buena parte, sí; y en la consulta, también. Luego tienen que afrontar esa ‘invasión’ que les llega cuando pisan la calle.
–¿El paciente es obediente? –Sí, cuando llega motivado a la consulta, donde yo les animo a que se hagan preguntas y me pregunten a mí sobre su situación. Luego llegarán mis respuestas, que a veces no resultan ser las que esperan.
–¿La medicina preventiva influye? –En estas situaciones como en la medicina en general, la preventiva es un arma muy importante que tenemos que manejar siempre. Y te digo lo mismo respecto a la palabra ‘mantenimiento’ en la dieta.
–Y estamos con las dietas ¿qué es eso de la ‘dieta milagro’? –¿Qué es eso? Es algo que no existe. En todo caso, una ilusión que no tiene bases científicas. En el mundo de la nutrición asociado a la salud, no hay varitas mágicas.
–¿Cuáles serían los mandamientos de una buena nutrición? –La planificación, el orden de las comidas y un entorno amable para su ingestión, priorizando los vegetales (legumbres verduras y frutas), pero sin excluir en su medida la carne, los pescados, los huevos o la leche. Todo resulta complementario.
–¿Y las líneas rojas? –Los alimentos procesados, como los ‘snacks’, la galletería y, por más ejemplo, las bebidas azucaradas.
–¿La dieta debe ser personalizada? –Evidentemente, porque no hay una dieta que valga para todos, aunque sí hay recomendaciones que sirven para esos mismos todos. A la hora de diseñar una dieta, hay que tener en cuenta los gustos personales del paciente y sus hábitos de vida, algo también fundamental.
–¿Hay demasiados ‘gorditos’ en nuestro entorno? –Sí, más de lo aconsejable. Y no hay que olvidar que hay problemas para la salud derivados del sobrepeso y la obesidad, y no sólo por cuestión estética. No hay que asustar, pero hay que tener en cuenta el origen de la diabetes, los problemas articulares o la hipertensión. Vivimos en un mundo obesogénico, donde no se come lo apropiado y en el que las baldas de los supermercados están pobladas de productos procesados que no aportan el nutriente necesario. Yo montaría unas baldas mucho mejores y mucho más sanas.
–¿Qué porcentaje de éxito tienes entre tus pacientes? –Es algo que no mido. Mi éxito lo mido cuando el paciente se siente bien atendido y cuando adquiere pautas que le sirvan para el futuro.
–Bueno, ¿cómo te va en Irún? –Estoy encantada aquí. Los pacientes que tenía de Irún, Hondarribia y Bera tendrán que viajar menos.
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