Un poco de genética
Hoy voy a tratar de explicaros la estructura del genoma humano, que es donde se almacena nuestra información genética, y el efecto que en ella producen los factores ambientales, entre ellos la alimentación.
El ADN (en español) o DNA (en inglés) es una cadena muy, muy larga de nucleótidos, que son unas moléculas químicas formadas básicamente por una combinación de carbono, nitrógeno, fósforo, oxígeno e hidrógeno. Según la combinación de estos elementos químicos, los nucleótidos reciben el nombre de adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). Así que el ADN se escribe así:
ATCG ACGCTTAGGGCAAATGCACACTG…, así hasta 3’2 billones de letras (nucleótidos). ¿Y lo de la doble hélice del ADN? Pues para complicar un poquito las cosas, esta sucesión de 3´2 billones de letras que forman una hebra, tiene apareada otra hebra de otros tantos nucleótidos formando así la famosa doble hélice.
Todo esto como os podéis imaginar está súper comprimido en el núcleo de cada célula y se agrupa en los cromosomas. Lo habitual es que tengamos 23 pares de cromosomas: un par heredado de la madre (del óvulo) y un par heredado del padre (del espermatozoide). Se unen cuando tiene lugar la fecundación y a partir de ahí se desarrolla un nuevo ser vivo. Básicamente, todas las células de nuestro organismo tienen la misma información genética, es decir la misma secuencia de letras en el ADN.
Para que os hagáis una idea, en la foto 1, cada hoja seria una A ó T ó C ó G…, así hasta 3´2 billones.
Foto 1 Foto 2
En la foto 2 os pongo las hojas unidas por clips. Al leer la secuencia de letras del ADN, los clips hacen que nos saltemos un grupo de hojas (siguen estando ahí, pero no se leen). Según dónde estén colocados los clips, leemos la secuencia de letras de distinta manera. Los clips serían las llamadas marcas epigenéticas. Cada tipo de célula del organismo tiene los clips colocados en distintos sitios, y según se lea la información hace que sea una célula nerviosa ó una célula del páncreas, por ejemplo.
Un gen es una secuencia de ADN de mayor o menor longitud. Los humanos tenemos unos 23.000 genes. Aproximadamente un 2% del genoma humano son genes y en el 98% restante hay partes que controlan esos genes y otras partes que todavía no se sabe su función. Sin embargo y gracias a la tecnología, los avances en este campo son continuos. La función de los genes es producir proteínas que son las que van a encargarse del funcionamiento del organismo.
Nuestras células están continuamente dividiéndose y renovándose. Hay veces que se producen fallos, y en lugar de una A se coloca una T, por ejemplo. A esto le llamamos mutación. Este cambio puede no tener consecuencia alguna, o por el contrario puede afectar a un gen, a un grupo de genes, o a alguna secuencia regulatoria con consecuencias distintas dependiendo de dónde se produzca la mutación. Por ejemplo, imaginaos un cambio de letras en un gen para producir insulina; si este cambio hace que no se produzca insulina, la persona será diabética.
Por cierto, todos somos mutantes pero sin la connotación negativa de alguna película con tinte futurista. Así que a veces hablamos de variaciones, o variantes en lugar de mutaciones.
Y para acabar, ¿Sabéis cuál es la diferencia entre una abeja reina y una abeja obrera? Genéticamente son iguales, es decir, tienen la misma secuencia de letras en su ADN. Pero las reinas se alimentan exclusivamente de jalea real , que hace que se desactiven unos genes (pone un clip ó marca epigenética) y así la abeja se convierte en reina.
Ya véis, la genética es importante, pero los factores ambientales pueden tener su influencia en ella tanto de una manera positiva como negativa.
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