Sofocos, sudores nocturnos, irritabilidad, insomnio, aumento de peso… y otras señales de que las hormonas se han vuelto locas. ¡Looocas! La perimenopausia llega de repente y sin previo aviso.
Que no, que no puede ser, que yo sigo teniendo la regla súperpuntual y no soy tan mayor…
No, claro que no eres mayor cuando empieza esta revolución hormonal; por eso te pilla desprevenida pero es que las hormonas empiezan a volverse «locas», a subir y bajar como una montaña rusa incluso antes de que lleguen los desarreglos de la regla.
Ciclo menstrual y hormonas
Desde la llegada de la primera regla (menarquia) se da lo que conocemos como ciclo menstrual. Esto es, cada mes, gracias a los estrógenos que produce el ovario, madura un óvulo. Cuando ese óvulo sale del ovario (ovulación), viaja por las trompas hasta llegar al útero. Durante ese trayecto, el útero va produciendo progesterona; esta hace que la pared del útero se haga más gruesa. Así, en caso de haber fecundación, el embrión (óvulo y espermatozoide fusionados) anida y se produce el embarazo.
En caso de no haber embarazo, esas hormonas bajan de golpe y entonces se da esa hemorragia, la menstruación, la regla.
Este ciclo normalmente es de 28 días. Luego ya sabemos que hay variaciones individuales: hay quien puede tener el ciclo más largo (30-32 días aprox.) o más corto (25 días aprox.)
Perimenopausia: Hormonas looocas
Pero llega un momento en el que esas hormonas en vez de ir desapareciendo poco a poco, se revolucionan de tal manera que lo mismo suben que de repente bajan y al cuerpo le cuesta su tiempo adaptarse.
La regla puede seguir su ritmo habitual. O también pueden empezar los trastornos del ciclo: más largo (más de 28 días entre regla y regla), más corto o con cambios en el flujo.
Y, de repente… ¡el sofoco!:
De repente empecé a notar que me ponía como un tomate, como en la adolescencia. Cada vez más roja y sin saber qué hacer o qué decir ante la persona que estaba delante de mi; por suerte era una mujer que me dijo algo así como «vienen en el momento más inesperado, ¿verdad?»
También los sudores nocturnos:
Mi canalillo es un río
Y podemos seguir con altibajos en el ánimo, el sueño alterado y otros cambios en el cuerpo, como el del peso.
El peso en la perimenopausia
El peso, también se ve afectado. Este baile de hormonas hace que coger peso sea más fácil:
Como como antes y estoy engordando
También la distribución de grasa en el cuerpo va cambiando:
La «pansita» (lo de barriga me suena fatal) no para de crecer
Y también la respuesta al cuidado de la alimentación cambia:
Yo antes me cuidaba un poco y enseguida bajaba
Así es, estos cambios hormonales producen otros cambios en nuestro cuerpo.
La perimenopausia puede durar unos cuantos años. Y después de 1 año sin regla llegamos a la menopausia.
Por cierto que hay tantas perimenopausias y menopausias como mujeres; es decir, no todos los síntomas se dan en todas las mujeres. Igual tú ni te enteras.
Menopausia: Hormonas que van desapareciendo poco a poco
Ya no hay esa montaña rusa, sino que las hormonas van disminuyendo de una manera más gradual y esos síntomas tan molestos son mucho más leves, no tan intensos.
Bueno, bueno, nada que ver. ¡Qué gusto!
La alimentación en la perimenopausia y en la menopausia
Con síntomas o sin síntomas, a lo largo de los años, la composición de nuestro cuerpo va cambiando. Vamos perdiendo masa muscular y vamos acumulando más grasa. Esto perjudica nuestra salud metabólica con lo que conocemos como «inflamación crónica de bajo grado». Así, la tensión arterial, el azúcar y el colesterol en la sangre pueden ir subiendo.
En fin, que si cuidar nuestra alimentación es importante en cualquier período de nuestra vida, en la menopausia es fundamental para reducir algunos de esos síntomas, además de para cuidar la tensión arterial, el azúcar, el colesterol, la osteoporosis…
¿Y puedo adelgazar?
Sí, claro que es posible y deseable.
Yo que pensaba que en la menopausia me iba a ser imposible, estoy encantada
Además de comer de una manera saludable, para perder peso y disminuir la cantidad de grasa conviene adaptar la alimentación al objetivo.
¡Y a disfrutar de una estupenda calidad de vida!
Estoy en una etapa maravillosa de mi vida. Me encuentro mejor que nunca
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